El uso de pantalones y el esmoquin en los 1960

     La moda entrega además de una experiencia estética, refleja su contexto político, social y cultural. La evolución de la indumentaria femenina demuestra los avances y reflejos de su cuestionamiento de su rol en la sociedad. El uso del pantalón y la popularización del esmoquin a manos del diseñador Yves Saint Laurent en el marco de la década del 1960 se inserta en la segunda ola del feminismo que cuestionó los roles tradicionales de género y presentó expresiones andróginas. 


La expresión “es la/el que lleva los pantalones” se ha asociado a una agencia masculina del que domina, pues esa prenda es la que ha sido propia de lo que es lo “masculino”, siendo flexible para la actividad física y la libertad de movimiento. El pantalón, entonces, no era parte de lo que se esperaba en la vestimenta de una mujer, tradicionalmente asociadas con el vestido. Sin embargo, a medida que las mujeres fueron incorporándose al mundo laboral comenzaron a ganar más independencia y se reflejó en la forma de su vestir como los overoles entre la Primera y Segunda Guerra Mundial (1914-1945). El cambio de vestimenta a uno que entregaba más libertad, y se podría decir eficiencia en el movimiento, permitió que el no uso del vestido o falda se volviese un símbolo de empoderamiento y libertad. Un ejemplo del uso del traje masculino en este tiempo sería la icónica Marlene Dietrich. El hecho de que el pantalón resalta la forma de las piernas de las mujeres escandalizó a los conservadores de la época ya que el pantalón siempre en ese entonces estaba automáticamente asociado a la masculinidad, que le entregaba libertad para la actividad física, pero además evidenciaba aspectos del cuerpo de la mujer que se escondían con el largo y forma de los vestidos.


Mujeres británicas en una fábrica de misiles en la Primera Guerra Mundial

A medida que avanzó el siglo XX, la década de 1960 mostró cambios en la moda a manos de la juventud, que se volvió un grupo social importante para influenciar los valores y proyectos de vida de la época. Estos cambios llevaron a expresiones más andróginas y superfluas en la expresión de lo que es “masculino” y “femenino”, como por ejemplo el movimiento hippie con los pelos largos que los hombres comenzaron a utilizar y la talla más ajustada de sus pantalones.

Esta androginia también se evidenció en 1966 con el esmoquin de Yves Saint Laurent que simbolizaba la fluidez de género en el código de vestimenta, en donde las mujeres podían apropiarse de lo masculino, al mismo tiempo de seguir siendo elegantes y desafiar los estereotipos. Es decir, el esmoquin del diseñador francés permitió cambiar la apariencia física de las mujeres, cambiando su relación con la sociedad en donde podía moverse en la cotidianeidad de forma elegante. Como dijo Jil Sander, diseñadora alemana en un momento: “Orientación hacia la calle, sin perder de vista la calidad y la elegancia”.




En este contexto, el aporte Yves Saint Laurent al feminismo fue servir el cuerpo de las mujeres de manera política y ética, como señala Christine Bard en La Historia del Pantalón (2012): “El papel y el reconocimiento crecientes del feminismo a lo largo de los años permitirán a Yves Saint Laurent, a sus cuarenta años de carrera, mostrar un poco más todavía su relación ética y política con las mujeres: <<Servir a su cuerpo, a sus gestos, a sus actitudes, a su vida. He querido acompañarlas en este gran movimiento de liberación que conoció el siglo pasado>>”. El hecho de que haya modificado la silueta, en el sentido de eliminar la cintura que era un rasgo distintivo entre los hombres y mujeres, hizo que sus diseños del esmoquin fueran revolucionarios.

Para finalizar, el uso del esmoquin o el traje en las mujeres significó que para que mostraran libertad e igualdad de expresión con los hombres tuvieron que adoptar elementos de la vestimenta masculina para, se podría decir, hacerse notar. Hoy en día con la diversidad sexual y de género, los hombres que utilizan la vestimenta que históricamente se ha asociado con lo femenino, como la falda y vestidos, responden a las luchas del feminismo que es la igualdad y la visibilización de las diversidades de los cuerpos y las expresiones de género, desafiando lo que se considera “masculino” y “femenino”.



Fuentes:


  • Gertrud Lehnert (2000), “El delicado revolucionario. Yves Saint Laurent” en Historia de la Moda del siglo XX, Editorial Konemann, Alemania, p. 63.
  • Christine Bard (2012), “La consagración del pantalón femenino” en Historia política del pantalón, Editorial Ensayo Tusquets, Barcelona, España, pg. 256
  • Imagen 1: https://www.spain-sothebysrealty.com/es/journal/iconos-de-yves-saint-laurent-un-paseo-por-la-historia-de-sus-disenos-clave 
  • Imagen 2: https://www.messynessychic.com/2016/02/17/the-canary-girls-and-the-wwi-poisons-that-turned-them-yellow/ 
  • Imagen 3: https://www.rtve.es/television/20220419/esmoquin-historia-smoking-yves-saint-laurent-maestros-costura/2332863.shtml 



Comentarios

Entradas populares