Lo que tu cuerpo pide, manda: la moda actual de los ravers en Berlín documentado en Nachtclubs Berlin


Si bien es innegable que el techno nació en la ciudad estadounidense de Detroit, Berlín es considerada como una de las metrópolis de este género y de la cultura club. La exuberante vida nocturna, que comenzó a crecer después de la caída del muro, creó una ola de unión, libertad y diversidad generada por la creatividad artística de los clubs de techno que ha evolucionado hasta hoy.

Esta cultura club tan desarrollada en Berlín, donde hasta el gobierno alemán ha financiado a algunos clubs para que obtengan sistemas de soundproof y puedan operar en áreas residenciales sin problemas, ha sido una atracción para los ravers de todo el mundo. Gracias a las redes sociales, la subcultura que generó el techno ha presenciado una notoria popularidad en estos últimos años y ha ganado fieles bailarines que van a la par con los movimientos sociales y culturales que han marcado a las últimas generaciones. Ese deseo de ser y mostrarte libre, donde a la vez eso presenta una amplísima diversidad de expresiones de género, podemos verlo documentado en Nachtsclubs Berlin (@nachtclubsberlin), un perfil de Instagram que en un año ya cuenta con más de veinte mil seguidores.


Este proyecto creado por Sabrina Jeblaoui, fotógrafa francesa que se mudó a Berlín y que luego de experimentar por unos meses la cultura nocturna berlinesa surgió su interés por mostrar cómo luce la gente que va a bailar por largas horas en la ciudad. Comenzó a fotografiar cómo se expresan los ravers que salen de cada club de techno, a plena luz del día. Justamente una de las razones por las que Sabrina decidió comenzar a documentar a estas personas fue para mostrar la máxima expresión de “liberarse en el momento” que evidencian en su vestimenta. Pero no solo eso, Nachtclubsberlin busca visibilizar una subcultura que presenta una diversidad de personas con diferentes estilos, actitudes y sueños, sin importar las clases sociales. Sin duda, ilustra la cultura club donde el mundo de afuera no existe y estás solo presente en el momento moviendo el cuerpo según cómo te mueve la música. Sabrina dice que la vida nocturna de Berlín hace además este sea un espacio para las personas para conocer sus propios límites.

Lo sugestivo de cómo están vestidas las personas que fotografía es que justamente no hay límites. La comodidad para bailar como quieras, sin juicios de parte de los demás, permite expresarte tal como eres desde lo más profundo. Quizás los clubs en Berlín hacen que superes los límites de ti mismo.
En Nachtclubs Berlin puedes encontrar gran diversidad sexual y racial que se une para soltar su cuerpo y disfrutar de la experiencia donde lo único que importa es la fluidez de los movimientos conectados con la música electrónica.




Además de subir retratos de los clubbers, Nachtclubs Berlin interactúa con sus seguidores para que compartan experiencias de la vida nocturna: sets favoritos, zapatillas o bolsos regalones para las raves, encuentros en los clubs de Berlín, la primera rave de tu vida, etc.

En uno de los ensayos sobre la música electrónica de Simon Reynolds señala que la música dance tiene parámetros que forman un campo cultural definido y que, al mismo tiempo, dentro de este existe un “campo de posibilidades”. La interpretación de este destacado periodista musical alude a que la música electrónica crea una especie de “ética” en las personas, donde se unen por el gusto musical y el espacio comunitario donde interactúa armónicamente la aceptación, la diversidad y la libertad. Cada uno mantiene su individualidad, pero en un ambiente donde se siente el poder de lo comunitario de estar sintiendo todos lo mismo. Las raves son espacios para expresarte como desees y sentirte cómodo con tu sexualidad, pero a la vez la música electrónica congrega a una gran cantidad de personas que siguen (o no siguen) un patrón de vestimenta que se une para un propósito: dedicar una larga sesión de la semana a soltar el cuerpo al ritmo de la música y a estar presente en el momento.

Sin duda escuchar más a las necesidades de nuestro cuerpo contribuye a que la “ética” de vestimenta y de comportamiento en las raves sea muy atractiva y particular de observar.






(Este artículo fue publicado en Trashi Magazine)

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